Cómo no volverse loco trabajando desde casa

Cómo no volverse loco trabajando desde casa

Artículo #3

La llegada del coronavirus ha supuesto que muchas personas que nunca han tenido que trabajar desde casa se enfrenten ahora a este reto (hasta hace poco considerado lujo, ahora entendido como condena): teletrabajar y no volverse loco en el intento. Por supuesto, el hecho de tener que hacerlo obligatoriamente y encima en el contexto de una pandemia hace que no sean circunstancias normales. Por eso, en esta entrada hablaré de cómo trabajar desde casa, pero también de cómo mantener a raya la ansiedad causada por la situación actual, todo ello desde mi experiencia pasada, tras trabajar tres años como traductora autónoma, durante los que en su mayoría trabajé desde casa (salvo los periodos donde asistía a un coworking), y presente, al verme obligada a teletrabajar.

¿Spoiler? Calma, disciplina y autocontrol.

 

RESPIRA

Respira profundo de vez en cuando. Cuando estamos agobiados, respiramos de forma superficial y eso, sin darnos cuenta, genera ansiedad. Echa un ojo a estos vídeos de respiración para aliviar la ansiedadLa ansiedad no es un pico de estrés que desaparece pasado el estímulo que la causó, es una sensación constante que queda “en segundo plano” y que continúa mientras intentamos hacer vida normal obviando que está ahí. Hay que abordarla.

PACIENCIA Y MANGA ANCHA

DISCLAIMER: MADRILEÑOS, ES “MANGA ANCHA”, NO IRSE A LA MANGA TAN ANCHOS.

En primer lugar, es importante darse un margen para la adaptación y entender que es normal tener miedo a lo que está pasando, porque nos es desconocido. La incertidumbre de cuándo acabará esta pandemia, cuánto tiempo tendremos que vivir así y cómo afectará a nuestras vidas presentes y futuras es, sencillamente, mucha tela que cortar. Por eso, tenemos que actuar con nosotros mismos como lo haríamos con nuestro mejor amigo: con paciencia, comprensión y entendiendo que es normal estar nervioso. Recomiendo los dos primeros minutos de este vídeo, cuya máxima es “parent yourself”, es decir, “sé tu propia madre o padre”.

Trabajar desde casa si nunca se ha hecho es difícil: pasar de tener un horario, una rutina, un trayecto, estar rodeado de gente, con “ruido de fondo”, compañeros de trabajo, levantándote a tomarte un café o para ir al baño en espacios diferentes, charlando con unos y con otros en los descansos, pudiendo preguntar al de al lado, etc., a estar en una casa de la que no debes puedes salir (#quédateencasa#staythefuckhome) y bajo cuyo techo se va a desarrollar tu actividad profesional y personal durante días… es un gran cambio.

COME BIEN Y BEBE AGUA A MENUDO

Es un momento especialmente importante para controlar lo que comemos y bebemos. Cuando sentimos agobio, el impulso es recurrir a la comida basura, que luego inevitablemente nos hará sentirnos mal con nosotros mismos por haber “caído” (muchas personas comen “mierdas” pero no notan su efecto psicológico porque están entretenidas ni físico porque luego pueden “salir a quemarlo”, pero ahora la cosa cambia, así que hay que hacer cambios). Además, este tipo de comidas, que suelen contener mucha azúcar, lo que hacen es crearnos una falsa saciedad para luego pegarnos la patada del hambre con más fuerza… y seguramente de más comida basura. Es muy difícil que después de comerte cuatro galletas príncipe lo siguiente que te apetezca sea comerte un kiwi; lo normal es que te apetezca una quinta galleta.

En el fondo, meternos mierda al cuerpo cuando más necesitamos cuidarnos es una forma de castigarnos por la frustración de la nueva situación: “Joder, si no puedo salir de casa/ir al bar/quedar con amigos, algún capricho me tendré que dar”. No tienes que justificarte ante nadie, pero serás tú quien sufras las consecuencias de tus actos, así que tú decide.

Muy relacionado con controlar lo que comemos está el hacer la lista de la compra con la cabeza. No puedes comer comida basura si no la tienes en casa, así que es importante que no lo compres en primer lugar. Por ejemplo:

  • Fruta grande y pequeña (grande para mediodía y pequeña para “picar”)
  • Frutos secos (para mediodía, para ver una peli…)
  • Aguacates (para desayunar en una tosta: hará que no tengas hambre hasta pasadas 3 horas, al contrario que si desayunas bollería)
  • Pasta integral y arroz
  • Pollo/carne
  • Huevos: tortilla, huevos fritos, escalfados para desayuno, duros para ensalada…
  • Atún y conservas
  • Té: hace mucho que no desayuno con leche y mi cuerpo lo agradece. Y ahora si hay que hacer compra grande, agradezco no tener que llevar litros y litros de leche “de reserva”. Además, puedes elegir el té que más te convenga en cada momento.

En esta lista no hay cabida para patatas fritas, palomitas, galletas, bollos, zumos, refrescos, chocolate, “barritas nutritivas para comer entre horas”, etc.

Igualmente importante es beber agua a menudo, ya que, como comenté en ¿Qué bebe un traductor? allá por 2012, la deshidratación es una de las causas más habituales del malestar general, la falta de concentración, el dolor de cabeza y la apatía.

NO DESCUIDES LOS HORARIOS DE COMIDA POR TENER FLEXIBILIDAD

Trabajar desde casa no debe ser sinónimo de comer delante del ordenador (si esa es tu costumbre en tu empresa, aprovecha ahora para no hacerlo) ni deprisa y corriendo. Haz una pausa “oficial” del tiempo que sea, pero ¡desconecta! Lo ideal es aprovechar para evadirte del trabajo… ¡y de lo que está pasando! Si comes mientras consultas WhatsApp o lees las noticias, no contará como pausa para tu cerebro.

VÍSTETE (O NO), PERO DÚCHATE Y ARRÉGLATE

Quedarse o no en pijama es más bien simbólico. Si realmente no vamos a salir de casa, podemos darnos el gustazo de no estar encorsetados con cinturones, sujetadores, calcetines, camisas, etc. Lo importante no es lo que te pongas para trabajar, sino que te duches y te “arregles” (y, si te quedas en pijama, ponerte uno limpio). Vamos a ir al baño varias veces al día y vamos a tener un espejo. El reflejo que queremos ver es el de una persona que no ha perdido el control de todo y a la que le da igual todo. Sigues siendo tú. En casa, pero tú. Cuídate.

DOSIFICA LA INFORMACIÓN A LA QUE TE EXPONES (Y CUÁNDO LO HACES)

En España es muy habitual lo de comer viendo la tele, y sin quererlo, el cuerpo seguramente nos lo pedirá si estamos en casa (asumiendo que entra temporalmente en modo fin de semana, cuando la comida coincide con las noticias). Sin embargo, en estos momentos es especialmente importante dosificar la información que nos llega sobre el coronavirus. Nos basta con conocer las bases (cómo se contagia, que es una pandemia, que el número de casos crece y que se están tomando medidas extraordinarias) y no necesitamos exponernos a una avalancha de datos para estar al día.

Personalmente, he comprobado la diferencia en cómo me encuentro (e incluso en el hambre que tengo, porque los nervios te cierran el estómago) si lo primero que hago al abrir el ojo por la mañana es mirar los titulares… o si me espero a después de desayunar para saber en qué punto de la epidemia estamos. Igualmente, si lo último que hago antes de irme a dormir es ver cuáles son las cifras de contagiadoses más probable que duerma peor que si desconecto totalmente una o dos horas antes de pillar la cama. Lo mismo a lo largo del día: si cuando voy al baño aprovecho para ver qué medidas se están barajando en mi ciudad, el resultado es que no desconecto nunca.

TEN LA CASA ORDENADA, POR TU SALUD MENTAL

Es muy fácil dejarse llevar por la apatía y no hacer la cama, no guardar la ropa o no fregar los platos. Sin embargo, una cama deshecha, una pila de desorden y un fregadero a reventar crea el efecto contrario al que creemos. No vamos a estar más despreocupados, sino con más sensación de dejadez, apatía y menos ganas de hacer nada. Trabajar en casa no puede ser sinónimo de perder el control y actualmente lo único que está en nuestras manos es mantener una imagen de normalidad en nuestro entorno. Igual que comentaba antes, que el primer paso para no comer comida basura es no comprarla en primer lugar, en relación con el orden el primer paso es no dejar que se nos vaya de las manos en primer lugar, porque si no luego será más difícil reunir las fuerzas para arreglar lo que llevamos días descuidando.

APROVECHA PARA LEER Y VER PELÍCULAS/SERIES (GRATIS)

Cuando se acaba la jornada laboral… llegan las horas más peligrosas: las horas libres, las horas de pensar. Afortunadamente, tenemos la suerte de vivir en una época en la que podemos acceder a toda la cultura sin salir de casa. Si tienes un Kindle, estás de suerte porque podrás leer fácilmente comprándote libros online. Si no, recuerda que la app de Kindle también está disponible para PC y Mac, así que no hay excusa. Además, puedes probar un mes gratis Kindle Unlimited, con lo que podrás leer todos los libros incluidos en ese catálogo sin coste alguno.

En lo que respecta a películas y series, todas estas plataformas ofrecen entre una semana y un mes gratis:

  • Netflix (1 mes gratis)
  • Prime (1 mes gratis)
  • Movistar+Lite (1 mes gratis)
  • Sky (1 mes gratis)
  • YouTube Premium (1 mes gratis)
  • HBO (2 semanas gratis)
  • Apple TV+ (1 semana gratis)

Si nada de esto te llama, siempre puedes recurrir a la música gratis a través de YouTube, hacer yoga, estiramientos, meditar, escribir, pintar, dibujar, limpiar, redecorar, hacer Skype, cocinar… El coronavirus es la primera amenaza; la segunda, somos nosotros mismos. Mantente entretenido, cuida tu mente. Nadie dijo que fuera fácil. En definitiva, debemos cuidar de nosotros mismos a niveles básicos, a nivel de homo sapiens enfrentándose a una pandemia sanitaria. Back to basics, gente: comer sano, dormir bien, quedarse en casa y no exponerse a lo que nos hace daño.

Las consecuencias del coronavirus a nivel global serán desastrosas, pero no podemos cargar a nuestras espaldas responsabilidades que no dependen de nosotros (cerrar fronteras, cancelar eventos, cortar carreteras, inyección de millones…). Muchos no tenemos acciones del Ibex 35 y aun así nos provoca ansiedad ver las gráficas en rojo. Muchos no íbamos a asistir a ningún concierto o partido y nos echamos las manos a la cabeza con la cancelación de estos eventos. Muchos no tenían pensado viajar y se agobian pensando que, si quisieran, no podrían.

Los medios cubren todo tipo de ámbitos para dar una visión lo más completa posible de la situación, lo cual no quiere decir que, de todo lo que tratan, todo nos afecte directamente. Y actualmente, de forma egoísta, tenemos que acotar nuestras preocupaciones a las de primera necesidad. Como dice Mark Manson en “The Subtle Art of Not Giving a Fuck“, “We all have a limited number of fucks to give, so pay attention to where and who you give them to” (Todos tenemos un número limitado de cosas que nos importan; presta atención a dónde y a quién se la das). No podemos preocuparnos por todo, pero sí podemos preocuparnos por nosotros mismos.